Fue romano, de la familia Domicia. A él se debe la ampliación de las catacumbas que llevan su nombre en la Via Appia y en la cual se halla la gran Cripta papal con las tumbas de catorce Pontífices.
En contraste con el rigorismo montanista, mitigó la severa disciplina eclesiástica para aquellos que se arrepentían sinceramente de sus culpas y hacían pública penitencia, y facilitó la readmisión en el seno de la Iglesia de los herejes cismáticos.
Tuvo un acérrimo adversario en Hipólito, discípulo de San Ireneo, el cual se puso a la cabeza de un partido cismático y fue el primer antipapa de quien habla la historia.
Instituyó las sagradas Témporas, o sea que, para oponerse a los exagerados ayunos que prescribían los montanistas, estableció que las acostumbradas ofertas de trigo, vino y aceite fuesen acompañadas, en las correspondientes estaciones del año, de un día de ayuno total, y que, por consiguiente, las ordenaciones que se solían celebrar en el mes de diciembre (por prescripción apostólica, con ayuno) se hiciesen también en los días de ayuno de cada una de aquellas estaciones.
Aunque en aquel tiempo no hubiese persecución, en un tumulto que suscitaron los idólatras, fué arrojado desde una ventana a un pozo del barrio de Trastevere.
Fue sepultado en el cementerio de Calepodio, en la Vía Aureliana.
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945