VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

ESA ENCÍCLICA (QUANTA CURA) ES DOGMÁTICA

Mariano Puigllat y Amigó
Obispo de Lérida
Pastoral del 21 de enero de 1865

¿Qué luz despide, qué doctrina contiene esa Pontificia Encíclica (Quanta Cura)? 

Ella es una instrucción, que tiene por objeto fijar los ánimos y los entendimientos, desvanecer la actual anarquía de las ideas, volver a los hombres a hijos de la Libre sacándolos de la Esclava é iluminar las conciencias con respecto a varios puntos de la doctrina y de la moral cristianas.

Contiene la doctrina invariable dada y enseñada por el mismo Jesucristo, la doctrina de siempre de su Iglesia, y de la que constituyó a esta su depositario y condena los errores que la misma Iglesia con su cabeza ha venido, viene condenando, es por fin esa Encíclica doctrinal, es dogmática. Eso es lo que hace en su veneranda Encíclica el Sumo Pontífice llevado del mayor celo y amor para la salvación de nuestras almas y para la tranquilidad, paz y felicidad de las naciones.

¿Quién es el que nos da y enseña esa doctrina toda divina, esa doctrina de salud eterna, y condena otras doctrinas erróneas, que siguiéndolas nos llevarían a la perdición eterna? 

Es nada menos, que el Vicario de Jesucristo, el Doctor y Pastor universal de toda la Iglesia, ese es el que ha dirigido su Encíclica, su voz de salud espiritual y eterna a todos los Obispos y por estos a los fieles católicos de todo el universo cristiano. A ese incumbe semejante obligación. A ese mandó Jesucristo en la persona de Pedro, que apacentase a los Obispos, pasce oves meas, y a los fieles, pasce agnos meos

Por el rogó Jesucristo, y le mandó que confirmase a sus hermanos los Obispos, hermanos en el orden episcopal, pero inferiores y súbditos en la jurisdicción, confirma fratres tuos; porque a el se le ha dado la plenitud de la potestad de lo alto, a fin de conservar la unidad de doctrina, y la unidad de la Iglesia, sin la que ya no seria ni la doctrina, ni la Iglesia de Jesucristo. Escuchemos sinó a S. Cipriano que dice: Primatus Petro datur, ut una Christi ecclesia, et Cathedra monstretur. S. Ambrosio dice; que donde está Pedro, está la Iglesia: S. Gerónimo, quien no congrega con el Sucesor de S. Pedro dispersa...


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