Está el ángel tutelar de las sociedades humanas cubriéndoles con sus alas. Oíd si no su voz majestuosa en ese monumento imperecedero de vigilancia y fortaleza, de caridad y sabiduría. Habla el Doctor y Maestro universal; su palabra es ley de creencia y de infalible enseñanza. En ella nos presenta nada menos que una colección abundante de máximas y preceptos, de ilustraciones y consejos. Es como un formulario sagrado de fe general y común. Es una exposición sencilla y característica de la doctrina católica. Está en ella compilada la verdad moral, la verdad filosófica, la verdad religiosa, la verdad social; se descubren los errores antiguos y modernos, y á la vez que se fulmina un doloroso anatema, también una caridad sobrehumana abre para todos los caminos de la persuasión, los tesoros de la plegaria y la esperanza de la divina Misericordia. Tal es la Encíclica expedida en el décimo aniversario de la definición dogmática de María In- maculada. Ahora como siempre, los designios del cielo han de cumplirse.