SAN FÉLIX I (272-275)
Fue romano, hijo de Constancio. Según el "Liber Pontificalis" ordenó que se celebrasen las Misas sobre los sepulcros de los mártires; pero como sea que este era ya un uso antiguo, debemos pensar que con esta orden no quiso hacer más que reafirmar y dar mayor autoridad al rito.
Dirigió a Máximo, patriarca de Alejandría, una carta contra el hereje Pablo de Samosata que había sido condenado por los concilios de Antioquía.
Sufrió el martirio durante la novena persecución, promovida por el emperador Aureliano.
SAN EUTIQUIANO (275-283)
Nada se sabe de particular interés sobre el sucesor de Félix I, salvo que durante su pontificado se difundió la doctrina de Manes o de los Maniqueos, quienes enseñaban que hay dos dioses, uno bueno, hacedor del bien, y otro malo, hacedor del mal, y proscribían la limosna, los sacramentos y el culto a las imágenes, negando, además, la encarnación de Jesucristo. Esta herejía fue adoptada en muchos países y duró al menos diez siglos.
Vivió durante un período de paz para la Iglesia, o sea, entre la persecución de Aureliano y la de Diocleciano.
Su sepulcro fue hallado entre las tumbas de los Papas en el cementerio de Calixto.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945