Sixto IV, en la Constitución Apostólica Cum prae-excelsa, de 28 de febrero de 1476, dice: «Al meditar y considerar devotamente las insignes excelencias de los méritos por los cuales la Reina de los cielos, Virgen Madre gloriosísima de Dios, encumbrada sobre los tronos celestiales, brilla entre los astros como estrella de la mañana...»
Pío IX, en la Bula Ineffabilis Deus, de 8 de diciembre de 1854, en que declaró dogma de fe la Concepción Inmaculada de María, escribe: «Constituída por el Señor Reina de cielo y tierra y exaltada sobre los coros de los Ángeles y de los santos, está sentada a la diestra de su Hijo unigénito, Señor nuestro, Jesucristo.»
San Pío X, en la Encíclica Ad diem illum, de 2 de febrero de 1904, nos dice de Cristo, que está en las alturas sentado a la diestra de la Majestad, y añade: «María está como Reina a su derecha.»
***