VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

INCOMPATIBILIDAD Y ENEMISTAD ABSOLUTAS ENTRE JESUCRISTO Y EL MUNDO (Abbé Charles Delagrange)


Abbé Charles Delagrange
La piedra de tropiezo en la vida cristiana para el alma fiel: 
el mundo.


Cuando Dios se aleja y nos deja por un tiempo, es una prueba dolorosa. Cuando el mundo viene a nosotros, es una tentación muy delicada: ya sea que nos halague o ya sea que nos persiga, sigue siendo una piedra de tropiezo. — Expongamos este pensamiento, hijo mío.

I. El mundo, tal como lo entendemos en lenguaje cristiano, está inmerso en los errores y debilidades de la humanidad, en los vicios y errores que contaminan y desolan la tierra, en las pasiones y escándalos que reinan en la sociedad, en los prejuicios del tiempo y las falsas máximas del siglo. El mundo está hecho y se compone sobre todo de impíos y libertinos, de los enemigos de Dios y de su Cristo, de los perseguidores de la piedad y de los hijos de la mentira; es todo lo que entre nosotros no es de la ciudad de Dios, todo lo que lucha contra la cruz y se opone al Evangelio; es el reino de Satanás en la tierra a través de su oposición al “reino de Dios” que la vida cristiana pretende establecer en las almas.

Es este mundo el que Jesucristo maldijo: “¡Ay del mundo a causa de sus escándalos!"1 y por el cual Él se negó a rogar: "Te ruego por aquéllos que me has dado, oh Padre mío, porque son vuestros; pero Yo no ruego por el mundo".2

Es de este mundo que San Juan dice: "Es todo maldad". Es este mundo que odia a Jesucristo, su doctrina y a quienes hacen profesión de ella. "Si el mundo os odia, decía el Salvador a los apóstoles, no os sorprendáis, pues me ha odiado a mí antes que a vosotros".3 Y el mundo nos odia precisamente porque somos cristianos, y por este título sabe que no podemos amarle. "Si fuerais del mundo, decía además el Salvador, el mundo os amaría; pero, como no sois de los suyos, el mundo os odia".4

Santiago pudo decir entonces: "¿No sabéis que la amistad de este mundo es enemistad con Dios, que quien quiera ser amigo de este mundo se constituye en enemigo de Dios?" Y San Juan también concluye de esta manera: "No améis al mundo ni lo que es del mundo, pues quien ama al mundo no ama al Padre que está en los cielos".5

Imposible, por tanto, ser cristiano y vivir según el mundo. "No hay alianza posible entre la justicia y la iniquidad, entre la luz y las tinieblas, entre Jesucristo y Belial".6 Es necesario, pues, romper con el mundo, sus ideas y sus costumbres, o romper con Jesucristo y el Evangelio. "Nadie puede servir a dos señores".7

Continuará...

1 Matth., XVIII, 7. — 2 Jean, XVII , 9 . — 3 Ibid., xv, 18. — 4 Ibid. -- 5.I Jean, II, 15. -- 6. II Cor., VI, 15. -- 7. Matth., VI, 24.

(Sacado de Le miroir de la vie chrétienne, París, 1872).

*** *** ***