10 de enero del Año del Señor
SAN GUILLERMO,
Obispo y Confesor
Si confesamos nuestros pecados, fiel y justo es Dios,
para perdonárnoslos y purificarnos de toda iniquidad.
(1 Juan, 1, 9).
San Guillermo fue notable en la orden del Cister por su humildad y su mortificación. Designado, a pesar suyo, arzobispo de Bourges, redobló las austeridades porque tenía que expiar, según decía, sus propios pecados y los de su pueblo. Tal horror tenía por el pecado, que no podía ver que se ofendiese a Dios sin derramar un torrente de lágrimas. Murió en 1209. Si no tenemos bastantes lágrimas como para llorar los pecados de los demás, por lo menos lloremos los nuestros.
ORACIÓN
Os rogamos, Dios todopoderoso, que hagáis que esta venerable solemnidad de San Guillermo, confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación. Por N. S. J. C. Amén.
MEDITACIÓN SOBRE
EL PECADO
I. El pecado es el mayor mal del hombre, porque lo priva de la posesión de Dios, que es su soberano Bien; le arrebata la gracia que lo hacía hijo de Dios y lo hace objeto de su venganza por toda la eternidad. ¿Pensamos en estas verdades cuando tenemos tentación de cometer un pecado mortal, que ha causado todos esos males a los demonios y a los condenados? ¿Dónde estaría yo. oh Dios mío, si me hubieseis sacado de este mundo después de pecar? ¡Cuántas veces me habríais justamente condenado, si lo hubieseis querido! No lo habéis querido, porque amáis a las almas y olvidáis los pecados cuando se hace penitencia por ellos.
II. El único pecado de Adán ha causado todos los males que padecemos en esta vida. Las enfermedades, el trastorno de las estaciones, la ignorancia, el dolor y la muerte son los tristes efectos del pecado. ¡Ah! si Dios ha castigado, si castiga todavía hoy tan severamente un pecado tan leve en apariencia, ¿qué suplicios no reservará a mis faltas, en el otro mundo? Si en el tiempo de su misericordia es tan riguroso, ¿qué no hará cuando llegue el tiempo de su cólera y de su justicia?
III. ¿Qué pecados has cometido durante tu vida? Repásalos en la memoria, pide perdón a Dios por ellos y haz rigurosa penitencia. Estás seguro de que tus pecados te han merecido el infierno, pero no sabes si tu penitencia los ha borrado. Este pensamiento es capaz de hacerte temblar, seas quien seas. Toma la resolución de morir antes que pecar.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.
SAN GUILLERMO,
Obispo y Confesor
n. s. XII en Nevers, Francia;
† 10 de enero de 1209 en Bourges, Francia
Si confesamos nuestros pecados, fiel y justo es Dios para
perdonárnoslos y purificarnos de toda iniquidad. (1 Juan 1, 9)
+ En la Tebaida, el nacimiento para el cielo de san Pablo, primer Ermitaño, el cual desde la edad de dieciséis años permaneció solo en el yermo hasta los ciento trece; cuya alma vio san Antonio, entre coros de Apóstoles y profetas, ser llevada por los Ángeles al cielo. Su fiesta se celebra el 15 del presente mes.
+ En Chipre, san Nicanor, que fue uno de los siete primeros Diáconos; y admirable por la gracia de la fe y por la santidad, fue gloriosísimamente coronado.
+ En Roma, san Agatón, Papa, el cual, esclarecido en santidad y doctrina, murió en paz.
+ En Bourges de Aquitania, san Guillermo, Obispo y Confesor, insigne en virtudes y milagros, que fue canonizado por el Papa Honorio III.
+ En Milán, san Juan Bueno, Obispo y Confesor.
+ En Constantinopla, san Marciano, Presbítero.
+ En el monasterio de Cosenza, en Francia, la dichosa muerte de san Pedro Urséolo, Confesor, antes Dux de Venecia y después Monje de la Orden de san Benito, célebre por su piedad y virtudes.
+ En Arezzo de Toscana, el beato Gregorio X, natural de Placencia, que de Arcediano de Lieja elegido Papa, celebró el Concilio segundo de Lyon, y por haber recibido a los Griegos en la unidad de la fe, compuesto las discordias de los cristianos y emprendido la reconquista de la Tierra Santa, fue benemérito de la Iglesia universal, que gobernó santísimamente.
+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.