VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

PROFESIÓN DE FE DEL OBISPO AL PAPA (IV CONCILIO DE CONSTANTINOPLA)

"Pero mucho más notables aún son los procedimientos del octavo Concilio, en 869, como si la Providencia hubiera querido que antes de que se consumara el cisma griego, el testimonio más fuerte posible contra sí mismo, y a favor de esa autoridad a la que después osaría negar en defensa propia, debe ser asumido por los Patriarcas y Obispos de Oriente.

Al comienzo del Concilio, los Legados Papales requieren que cada Obispo firme y les entregue para su transmisión al Papa una profesión de fe, similar en sus partes principales a la que había sido enviada más de trescientos años antes por el Papa Hormisdas al Patriarca de Constantinopla, después del cisma de Acacio, por cuya firma el Patriarca y todos los Obispos de Oriente fueron readmitidos a la comunión.

Los Legados son obedecidos. La profesión de fe se formula de este modo:

“Porque la sentencia de nuestro Señor Jesucristo no puede ser pasada por alto, quien dice: 'Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré Mi Iglesia', estas palabras se prueban por el efecto real que ha seguido; porque en la Sede Apostólica la Religión Católica siempre ha sido mantenida inmaculada, y la santa doctrina ha sido celebrada allí. Por lo tanto, de ninguna manera

deseando separarse de su fe y doctrina, y siguiendo en todo las constituciones de los Padres, y principalmente de los Santos Prelados de la Sede Apostólica, anatematizamos todas las herejías [...] Condenando, en particular, a Focio y Gregorio de Siracusa, PARRICIDAS, ES DECIR, QUE NO HAN TEMIDO SACAR LA LENGUA CONTRA SU PADRE ESPIRITUAL. Ya que, siguiendo en todo a la Sede Apostólica, y observando en todo sus constituciones, esperamos ser dignos de estar en una sola comunión, que la Sede Apostólica establece, en la cual está la solidez total y auténtica de la religión cristiana. Pero esta mi profesión yo (tal obispo) he escrito de mi propia mano, y entregado a ti, santísimo Adriano, Sumo Pontífice y Papa universal".


Thomas W. Allies, La Sede de San Pedro, pp. 94-96

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