S.S.Pío IX
Allocución Quibus, quantisque
(20 de abril de 1849)
¿Quién no sabe que la ciudad de Roma, primera silla de la Iglesia católica, se ha convertido ahora ¡oh dolor! en una selva de bramadoras fieras rebosando en ellas hombres de todas naciones, que ó apóstatas, o herejes, o maestros de lo que llaman comunismo o socialismo, y animados del mayor odio á la verdad católica, hacen de palabra y por escrito, y por cuantos medios están á su alcance, los mayores esfuerzos para enseñar y extender todo género de pestilenciales errores y pervertir todos los entendimientos y corazones, à fin de que, si esto fuera posible, se viese depravada y corrompida hasta en la misma Roma la santidad de la religión católica y la regla irreformable de la fe? ¿Quién ignora ó no ha oido de- cir que en los Estados pontificios han sido ocupados con sacrílega y temeraria osadía los bienes, rentas y posesiones de la Iglesia, despojados de sus ornamentos los templos más augustos, convertidos à usos profanos los monasterios y conventos, vejadas las vírgenes consagradas à Dios, cruelmente perseguidos y aherrojados en prisiones y aun asesinados distinguidos é integérrimos eclesiásticos y religiosos, y arrancados violentamente de sus diócesis y encerrados en una cárcel sagrados y esclarecidos prelados siquiera estuviesen revestidos de la insigne dignidad cardenalicia?
Y estos tan graves atentados contra la Iglesia y sus derechos y su libertad se cometen en los Estados pontificios y en otras partes donde dominan esos hombres ú otros semejantes à ellos: cabalmente al mismo tiempo en que ellos mismos proclaman en todas partes la libertad y suponen desear que la suprema potestad del Sumo Pontífice, libre absolutamente de toda traba, goce de entera libertad.
ASIGNACIÓN
QUIBUS, QUANTISQUE
DEL SUPREMO PONTÍFICE
PÍO IX
