VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

SOBRE LOS DEBERES DE LOS CIUDADANOS CRISTIANOS

Sumo Pontífice León XIII
10 de enero de 1890

"El cargo de predicar, esto es, de enseñar, por derecho divino compete a los maestros, a los que   el Espíritu Santo ha instituido Obispos para gobernar la Iglesia de Dios   (13), y principalmente al Pontífice Romano, Vicario de Jesucristo puesto al frente de la Iglesia universal con potestad suma como maestro de lo que se ha de creer y obrar. Sin embargo, nadie crea que se prohíbe a los particulares poner en uso algo de su parte, sobre todo a los que Dios concedió una buena inteligencia y el deseo de hacer bien; los cuales, cuando el caso lo exija, pueden fácilmente, no ya arrogarse el cargo de doctor, pero sí comunicar á los demás lo que ellos han recibido, siendo así como el eco de la voz de los maestros. Más aún, a los Padres del Concilio Vaticano les pareció tan oportuna y fructuosa la colaboración de los particulares, que hasta juzgaron exigírsela: A todos los fieles, en especial a los que mandan o tienen cargo de enseñar, suplicamos encarecidamente por las entrañas de Jesucristo, y aún les mandarnos con la autoridad del mismo Dios y Salvador nuestro, que trabajen con empeño y cuidado en alejar y desterrar de la Santa Iglesia estos errores, y manifestar la luz purísima de la fe."


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Sumo Pontífice Pío IX
Concilio Vaticano

 "Y así, cumpliendo la obligación de Nuestro supremo oficio pastoral, por la Encarnación de Jesucristo, suplicamos a todos los fieles de Cristo, pero especialmente a los que tienen a su cargo o desempeñan el deber de enseñar, y de hecho por la autoridad de Nuestro mismo Dios y Salvador, ordenamos que aporten su celo y trabajo para detener y desterrar estos errores de la Santa Iglesia, para extender la luz de una fe purísima"

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Sumo Pontífice Pío XII
29 de septiembre de 1957 

"La iniciativa del apostolado de los laicos está perfectamente justificada incluso sin una "misión" explícita previa de la jerarquía... La iniciativa personal desempeña un gran papel en la protección de la fe y de la vida católica, especialmente en los países donde los contactos con la jerarquía son difíciles o prácticamente imposibles. En tales circunstancias, los cristianos sobre los que recae esta tarea deben, con la gracia de Dios, asumir todas sus responsabilidades... Aun así, no se puede emprender nada en contra de la voluntad explícita o implícita de la Iglesia, ni en contra de las reglas de la fe o de la moral, o de la disciplina eclesiástica"

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