CLEMENTE VIII
1596
"...por nuestra autoridad Apostólica, a tenor de las presentes, suprimimos y derogamos las penas de excomunión y anatema así como todas las demás que se contienen en las citadas Letras respecto a todos a los que hacen referencia, sólo en los Reinos de las Españas y exceptuando a los monjes, hermanos mendicantes y a los demás regulares de cualquier Orden e Instituto; "
Pp 184-185
IOANNIS MARIANAE E SOCIETATE IESU TRACTATUS VII
Bullarum Privilegiorum Ac Diplomatum Romanorum Pontificum Amplissima Collectio: Cui acceßere Pontificum omnium Vitae, Notae, et Indices opportuni. Ab Anno III. usque ad Annum XI. Clementis VIII. scilicet ab Anno 1594. usque ad 1602
- MAGISTERIO SOBRE LA TAUROMAQUIA
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Lógica de la Anomia, basada en la acusación de un anómico filo Thucista a S.S.Clemente VIII en el canal de Cismtismo Bimilenario.Como no me gusta la tauromaquia y no me cae bien un señor que tiene abono al tendido de Sombra, le excomulgo; independientemente de lo que dejó atado S.S.Clemente VIII en la bula "Suscepti Muneris" del año 1596, al que acuso de simoniaco y genuflexo al rey Felipe II, rey que mandaba más que S.S. Clemente VIII y rey que tenía pingües intereses económicos con ganaderos y terratenientes, rey que hizo claudicar al Papa por esos pingües beneficios económicos que las fiestas del populacho le daban, como he leído en un panfleto de veganos feministas marxistas, y por tanto voy a la bula "De Salutis Gregis Dominici" del año 1567 del S.S. San Pío V al que tengo devoción porque en mi garaje simulan con su rito.
*Las lógicas de la Anomia, son las lógicas de desobediencia al Papado, que suelen usar normalmente los acólitos al Thucismo o al ecumenismo sedevacantista congregacionista, lógicas normalmente contradictorias, donde anteponen sus intereses personales a lo que el Papa dictaminó, como en este caso, donde el gusto personal hacia la tauromaquia, lleva a llamar genuflexo del poder temporal y económico (Mammón), a Su Santidad Clemente VIII, diciendo que esa bula es nula y sin efecto, esto es, inválida, porque la dictó el rey Felipe II según la soberbia luciferina de este hidrópico de la Anomia, para ir a la bula que más le conviene por sus propios gustos personales.
