"Observad como no pueden ocultar su despecho contra todo acto que prevenga una obediencia inmediata, entera, absoluta a los decretos У advertencias de la Santa Sede ; cómo al hablar de ella la califican desdeñosamente de corte romana ; como acusan todos sus actos de imprudentes o inoportunos ; como llaman ultramontanos y jesuitas a los más celosos y obedientes hijos de la Iglesia ; como , en fin , hinchados de orgullo y vanidad, se consideran más sabios que la Iglesia , a la que fué prometida una especial, divina y eterna asistencia.
En cuanto a vosotros , hijos míos, acordaos que al soberano Pontífice, que es el Vicario de Dios sobre la tierra , corresponde decidir cuanto se relaciona con la fé , con las costumbres y el gobierno de la Iglesia, a tenor de lo que el mismo Jesucristo ha dicho : Aquel dispersa que no reúne conmigo. Haced, pues, consistir vuestra sabiduría en una obediencia absoluta y espontánea, y en una constante adhesión a la Cátedra de Pedro. Vivificados con el mismo espíritu , y poseídos del mismo sentimiento y de la misma idea, contribuiréis a robustecer esa unidad que es menester oponer a los enemigos de la Iglesia.
Para este fin os deseamos los socorros celestiales , y la abundancia de dones que puede dispensar el Altísimo."
Breve de
Nuestro Santísimo Padre el Papa,
Pío IX,
al círculo de la Juventud católica de San Ambrosio de Milán.
6 de marzo de 1873.